Apaga y vámonos.

Apaga y vámonos.
Nicky Gorgëous

martes, 19 de octubre de 2010

Tick tack

Pasa el tiempo, una vez saboreas unos labios, solo quieres que comerte otros, pensá la joven mientras esperaba al autobús, el frío le helaba las manos, y recordaba como antes el con abrazos conseguía que todo su cuerpo entrara en calor. Palpitaciones la despertaron del trance, -despierta- se grito a si misma en la mente, -Él ya no esta para darte abrazos- se repetía en su mente. Tick tack, el reloj marcaba la hora del autobús, las 7:36 de la mañana, el autobús recogía a los escolares que se dirigían al instituto.
El camino se hizo largo, el amanecer le recordaba demasiado el inicio de su vida, como el día renacía una y otra vez, y por la noche moría, como los años, solo cambiaba su nombre, y así pensó, que tal vez, solo tal vez, necesitara una nueva forma de ser, una nueva imagen, un nuevo nombre...
Pensó en muchos diferentes, pero se decanto por el nombre que quiso ponerle su madre, Alejandra, demasiado cursi para lo que ella lo quería, recordó, que una amiga suya de haberse llamado así, la habría llamado Alex, así lo decidió, pensó en ser arrogante, romper corazones, luego pensó, en ser una chica simple, pero se dio cuenta de que ya era así, paso a decidirse mejor por el echo de ser inconformista, arrogante, jugar con sentimientos su mayor placer, por ser una niña caprichosa.
Al bajar del autobús, vio al chico de su clase que tanto se parecía al que una vez denomino suyo, volvió a quedarse pensativa...¿En que pensaría él? ¿Sabría como se siente ella?...las respuestas eran, nada y no, palabras que empiezan por n, negaciones al fin y al cabo.
No se lo sacaba de la cabeza, las horas pasaban lentas y rápidas, dependía del grado de imaginación que le echara...pero siempre aparecía algo que la devolvía a la realidad. Su nombre, oyó a lo lejos, mas cuando se giro se dio cuenta de que solo estaba la pared, era su voz...la reconocerá siempre, mas, ¿Se estaba volviendo loca? Con forme fue por los pasillos para bajar al patio, otra vez, su sonrisa, sus ojos, su voz...palabras que ni el viento recordaba que resonaban en su cabeza como las campanadas de una iglesia. -¡Basta!- gritaba en su mente, no es real, no eres real, uno de sus ojos desprendió una lagrima, ella lo impidió.
- Es estúpido llorar por algo tan simple, tan estúpido...- Noto una brisa de viento, recordó que su abrazo la alejaba del frío, y ahora, solo la helaba.
Plumas heladas descendían por su espalda, el escalofrío la siguió, empezó por los pies, acabo en el corazón.
La canción que resuena mas allá de sus oídos.

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